valentia

El ejercicio de la valentía.

Desde hace mucho tiempo quiero desempolvar el sentido y fuerza de la “valentía”. Recordé que un buen amigo, coach también, me había mandado un hermoso texto sobre este gran valor universal. De sus líneas han salido de nuevo renovadas emociones y afirmaciones como éstas:

“Una persona que defiende al débil, que admite sus errores, que afronta las consecuencias de sus actos, que no calla cuando sabe que algo está mal, puede estar asumiendo riesgos, pero también está creando una diferencia real en su vida y en el mundo que le rodea. Los seres humanos solemos dejarnos llevar por la comodidad y, desgraciadamente, por los miedos. Con gran frecuencia generamos nuestros propios fantasmas y temores inexistentes; nos planteamos consecuencias que aún no existen pero que vemos como algo muy real. La valentía es afrontar riesgos, vencer miedos. La valentía ha forjado patrias, empresas, comunidades, familias. La cobardía nunca ha hecho algo que valga la pena. La valentía a veces falla en lo inmediato, pero siempre a la larga genera un resultado positivo. La valentía es un valor que se vive día a día, en las pequeñas cosas”.

Hemos creído o, quizá, hemos querido creer, que la valentía es un valor dirigido a grandes encomiendas, a altos vuelos o enormes hazañas. De esta manera, puede que hayamos conseguido acallar nuestra conciencia en cuanto a la actitud que adoptamos en la vida diaria. Hemos enfocado su realización hacia situaciones extremas, de crisis humanitaria o crisis personal.

Sin embargo, la valentía se ejerce día a día, fundamentalmente con nosotros mismos. ¿Somos coherentes con nuestros valores? ¿actuamos de acuerdo a un proyecto de vida sólido e integrador?

Cuando actuamos de acuerdo con nuestra dignidad, en un proyecto de vida creativo y transformador, nuestra actitud es valiente y serena. Marcamos una diferencia que se desmarca del área de confort que nos puede estar rodeando. Es como una luz que se desprendiera de la zona de sombra que nos protege aparentemente ¿de nosotros mismos, de conocernos y aceptarnos, de retarnos?

Afrontar nuestros miedos es básico para despegar en este hermoso viaje de la vida. Como dice José Antonio Marina en su libro Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía: “La valentía es la virtud del despegue, porque nos permite pasar del orbe de la naturaleza, sometido al régimen de la fuerza, al orbe de la dignidad, que está por hacer, y que deberá regirse por el régimen de la dignidad. Es también la virtud de la fidelidad del proyecto, porque nos permite perseverar en él a pesar de los pesares”.


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  1. pedro dice:

    Muy claro e ilustrativo «El ejercicio de la valentía»

    Deberíamos de conocernos, de conocer nuestros miedos, darnos derecho a tenerlos para así mirarlos de frente y no esconderlos, poder medirlos, estudiarlos y analizarlos desde nuestro yo actual ya que «la valentía es la cantidad de miedo que podemos vencer»

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